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Entendiendo la policoria: ¿Es posible tener dos pupilas en un ojo?
La policoria es una enfermedad extremadamente rara que hace que una persona desarrolle más de una pupila en el iris de cada ojo. Existen dos formas principales de policoria: la policoria verdadera y la pseudopolicoria , siendo la policoria verdadera mucho más rara.
Nos sorprendería mucho que conocieras a alguien con policoria verdadera, pero tal vez sí. De cualquier manera, te contamos los hechos sobre esta afección y las circunstancias que pueden estar detrás de su desarrollo.
¿Qué es la policoria verdadera?
Cuando la gente habla de policoria, generalmente se refiere a la policoria verdadera: el desarrollo de una segunda pupila completa dentro del ojo de una persona.
Esta pupila extra tiene su propio músculo esfínter, que es el mecanismo que hace que se contraiga y dilate en respuesta a diferentes niveles de luz.
¿Qué es la pseudopolicoria?
Cuando alguien tiene pseudopolicoria, en realidad no tiene una segunda pupila en el ojo; en cambio, puede tener pseudopupilas, que son aberturas adicionales en el ojo que parecen pupilas reales.
Estas aberturas pueden ser el resultado de agujeros en el iris de una persona, que a veces se desarrollan después de una cirugía o debido a una enfermedad ocular.
¿Cómo ven las personas con policoria?
Una persona con policoria tiene dos pupilas juntas, lo que afecta la forma en que sus ojos perciben la luz. La función principal de la pupila es controlar la cantidad de luz que entra en los ojos. Como resultado, tener dos pupilas que funcionan de forma independiente puede hacer que esta función sea más complicada.
Las dos pupilas no responden a la luz de forma coordinada o sincronizada, lo que puede generar deslumbramiento y efectos de halo alrededor de luces brillantes.
Las personas con policoria también suelen tener cierta distorsión visual, lo que significa que no ven las cosas exactamente como son. La luz que entra por varias pupilas puede hacer que la luz se refracte de forma extraña, lo que a veces provoca visión doble o problemas con la percepción de profundidad. Algunas personas con policoria pueden entrecerrar mucho los ojos o evitar las luces brillantes para ayudar a controlar estos síntomas, mientras que otras recurren a anteojos de sol o de color para obtener ayuda.
Los síntomas de la policoria pueden afectar su vida de manera importante. Sin embargo, la gravedad de los efectos de la policoria puede variar y es posible que una persona con esta afección no necesite modificar mucho su estilo de vida, mientras que otra persona puede necesitar cirugía.
Si tiene policoria, la mejor manera de mejorar su calidad de vida es hablar con un oftalmólogo: manejar la afección por su cuenta puede ser una experiencia solitaria, frustrante y, a veces, incluso riesgosa.
¿Qué causa la policoria?
Lamentablemente, no sabemos mucho sobre la policoria (aún). Debido a que la afección es tan poco frecuente, la investigación actual es muy limitada. Dicho esto, sabemos que existen varias causas potenciales de la pseudopolicoria.
En primer lugar, la pseudopolicoria puede deberse a otra afección llamada coboloma del iris. A una persona con coboloma del iris le falta una parte del iris en uno de sus ojos, lo que puede hacer que parezca que tiene pupilas múltiples.
Las personas con cobolomas suelen tenerlos desde el nacimiento y, a veces, la afección se confunde con policoria verdadera. Sin embargo, es mucho más común tener un coboloma que tener policoria verdadera.
Además, un traumatismo ocular puede provocar daños en el iris, lo que, a su vez, puede causar pseudopolicoria. Cuando alguien sufre una lesión ocular grave, es posible que se formen en el iris aberturas adicionales que parecen pupilas. Sin embargo, no se trata de pupilas adicionales reales, lo que significa que se trata de un caso de pseudopolicoria y no de policoria verdadera.
La atrofia del iris o la degeneración macular, dos enfermedades oculares, también pueden contribuir a la pseudopolicoria, pero la degeneración macular en sí no causa pseudopolicoria. En estos casos, se forman pequeños desgarros en el iris, similares a los causados por un traumatismo ocular. Desafortunadamente, las cirugías que se utilizan para tratar algunas enfermedades oculares también pueden crear estos desgarros accidentalmente.
¿Qué tan rara es la policoria?
Sólo se han registrado unos pocos casos de policoria verdadera.
La afección es tan poco frecuente que no tenemos mucha información sobre sus causas. Sin embargo, sabemos que a la mayoría de las personas no se les diagnostica policoria hasta que llegan a la edad adulta y que a menudo se la confunde con otras afecciones de la infancia y la adolescencia.
¿Cómo se diagnostica la policoria?
La única forma de saber si tiene policoria es consultar con un oftalmólogo o un optometrista. Es posible que le hagan algunas pruebas, como un examen con lámpara de sedimentos, una oftalmoscopia y estudios por imágenes, para buscar signos de policoria.
Una vez que se le haya diagnosticado la pseudopolicoria, su oftalmólogo puede ayudarle a determinar la mejor manera de proceder. Si tiene pseudopolicoria, el tratamiento puede centrarse en estrategias de control en lugar de cirugía o medicamentos. Algunos de los tratamientos más comunes para la pseudopolicoria son gotas para los ojos o anteojos recetados para ayudar con la sensibilidad a la luz o la irritación ocular.
¿La policoria tiene síntomas?
Las personas con pseudopolicoria a veces tienen síntomas incómodos, pero los síntomas de la policoria verdadera suelen ser más graves y pueden requerir cirugía.
La policoria suele provocar sensibilidad a la luz, lo que puede resultar incómodo e interferir en la vida cotidiana de la persona. Por ejemplo, las personas con policoria suelen tener dificultades para conducir sin la ayuda de gotas para los ojos, gafas de sol o, en casos extremos, cirugía.
Además de la sensibilidad a la luz, las personas con policoria suelen experimentar visión borrosa en determinadas circunstancias. Este síntoma puede corresponderse con la luz: una luz más intensa puede hacer que la visión de la persona se vuelva borrosa. Si este síntoma se vuelve especialmente difícil de controlar, la cirugía puede ser la mejor manera de encontrar alivio.
Otro de los síntomas que los oftalmólogos suelen notar es un puente de tejido del iris entre las dos pupilas de un ojo. Durante una pupiloplastia (la cirugía que se utiliza para tratar la policoria), se elimina este tejido, eliminando así el puente entre las dos pupilas.
Dado que se cree que este tejido es una de las principales causas de la visión borrosa causada por policoria, algunos médicos creen que podría ser el mejor tratamiento para pacientes con problemas graves de visión. Sin embargo, todavía es necesario realizar más investigaciones antes de saberlo con certeza.
¿Es tratable la policoria?
No todas las personas que padecen policoria reciben tratamiento para esta afección. Sin embargo, a veces la policoria causa problemas de visión, especialmente visión borrosa o doble.
Si la afección impide seriamente a la persona vivir la vida al máximo, la única opción de tratamiento es la cirugía para unir las pupilas. Este procedimiento se denomina pupiloplastia y se utiliza para reparar cualquier tipo de daño en el iris de una persona.
En los casos de policoria verdadera, la cirugía es la única forma de tratamiento que es lo suficientemente eficaz como para ser recomendada por los médicos. Las cirugías para tratar la policoria implican la fusión de las dos pupilas, lo que puede mejorar la capacidad de una persona para ver tanto de cerca como de lejos. Sin embargo, si la cirugía vale la pena o no para tratar su policoria es una decisión que debe decidir usted y su oftalmólogo.
¿La policoria siempre necesita tratamiento?
La pseudopolicoria no suele afectar la visión de la persona, por lo que no suele ser necesaria una cirugía ni ningún otro tipo de tratamiento. Si tiene pseudopolicoria, el mejor camino a seguir es aceptar sus ojos únicos y convertirlos en parte de su estilo único.
Uno de los aspectos más importantes para vivir bien con pseudopolicoria es cumplir con un cronograma regular de citas con el oftalmólogo. Su optometrista puede ayudarlo a controlar sus síntomas y aconsejarlo sobre posibles opciones de tratamiento si es necesario. Además, los exámenes oculares regulares lo ayudarán a detectar otras afecciones y enfermedades de manera temprana y evitar que empeoren.
¿La policoria está relacionada con otras afecciones?
Las personas con policoria suelen tener otras afecciones oculares. Algunas afecciones coexistentes comunes con la policoria son el glaucoma, el desprendimiento de retina, las cataratas polares y las pestañas anormalmente largas.
El glaucoma es una afección ocular que puede provocar visión borrosa y pérdida de la visión, y es mucho más común que la policoria. Sin embargo, ambas afecciones tienen síntomas que se superponen y pueden afectar la apariencia de las pupilas, por lo que es posible que confunda su glaucoma con policoria. Asegúrese de obtener ayuda de un optometrista en lugar de intentar autodiagnosticarse.
Algunas de estas afecciones requieren cirugía y otras formas de tratamiento más intensivas. Sin embargo, después de una operación o prescripción inicial, muchas personas pueden controlar sus síntomas con visitas regulares al oftalmólogo.
La conclusión sobre la policoria
La policoria es increíblemente rara, pero si padece alguna de las formas de esta afección, hay ayuda disponible. Las personas con policoria verdadera pueden beneficiarse de una cirugía correctiva, pero la pseudopolicoria a menudo no requiere ningún tratamiento.
Si nota algún problema con el iris o los ojos, siempre es recomendable que visite a su oftalmólogo para obtener una perspectiva más clara de lo que sucede. De esa manera, podrá tener la tranquilidad de saber que ha hablado con alguien que sabe cómo identificar problemas oculares más graves.
Fuentes:
[Policoria y pseudopolicoria] | NCBI